La relación comercial entre México y Estados Unidos ha experimentado una nueva dinámica tras el acuerdo alcanzado por los presidentes de ambos países, Claudia Sheinbaum y Donald Trump, que pospone la entrada en vigor de los aranceles comerciales anunciados para el 1 de agosto. Esta decisión da un respiro temporal a ambos países y proporciona una ventana de negociación de 90 días para trabajar en un acuerdo comercial más amplio y duradero.
El anuncio fue realizado a través de un mensaje de Sheinbaum en la red social X, donde destacó que esta medida evita el aumento de los aranceles inicialmente previstos y abre la posibilidad de un diálogo continuo entre los gobiernos de ambos países. La mandataria mexicana calificó la llamada telefónica con Trump como “muy buena” y subrayó la importancia de continuar las negociaciones a largo plazo.
Las condiciones del pacto y la posición de Trump
El pacto entre Sheinbaum y Trump determina la permanencia de las tarifas actuales sobre algunos productos mexicanos, tales como el fentanilo, los coches y metales como el acero, aluminio y cobre. Según Trump, el impuesto sobre el fentanilo seguirá en un 25%, mientras que las tarifas para los autos mexicanos se establecerán en un 25%, y el gravamen sobre los metales alcanzará el 50%. Este último resulta especialmente significativo para la industria mexicana del acero y aluminio, sectores vitales para las exportaciones hacia Estados Unidos.
La medida del «arancel del fentanilo» es una de las más controvertidas, pues está diseñada para presionar a México en la lucha contra el tráfico de esta droga, que ha tenido un impacto devastador en la salud pública en Estados Unidos. Este arancel no forma parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero se impone a productos fuera de este acuerdo, buscando incentivar la cooperación de México en temas relacionados con la seguridad fronteriza y el control de drogas.
Trump también destacó que México había accedido a eliminar las barreras comerciales no arancelarias, lo que significa un compromiso de mayor apertura comercial en áreas como la agricultura, los bienes de consumo y la manufactura. Además, se subrayó que la cooperación en temas de seguridad, inmigración y lucha contra el narcotráfico continuará siendo una prioridad en las conversaciones entre ambos países durante los próximos 90 días.
Impacto económico y político en México
La postergación de los aranceles es vista como un alivio para la economía mexicana, que depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos. Según las estadísticas, México es uno de los tres principales socios comerciales de Estados Unidos, junto con Canadá y China. Las negociaciones sobre aranceles afectan directamente a sectores clave, como la industria automotriz, la manufactura y las exportaciones agrícolas, por lo que la extensión de este acuerdo proporciona tiempo para mejorar las condiciones de intercambio comercial y evitar un golpe económico directo.
Sin embargo, el impacto de este acuerdo no es solo económico, sino también político. Sheinbaum, quien recientemente ha enfrentado críticas dentro de su propio partido, Morena, por diversos escándalos, logró una victoria política al negociar con éxito la postergación de los aranceles, lo que refuerza su imagen ante la opinión pública. A pesar de los desafíos internos, como las acusaciones de colusión entre miembros del gobierno y el crimen organizado, Sheinbaum mantiene una alta aprobación, con un 80% de apoyo en las encuestas.
Este tratado también podría influir en la relación de México con Trump y otros agentes internacionales, ya que el gobierno estadounidense ha manifestado claramente que las discusiones deben mantenerse sobre un fundamento firme. El destino de los aranceles y otros elementos comerciales se definirá en gran medida en los siguientes tres meses, manteniendo a México bajo presión para satisfacer las expectativas de Estados Unidos, especialmente en relación con el combate a los carteles de drogas y la inmigración irregular.
Retos y perspectivas futuras para México
El acuerdo alcanzado con Trump no garantiza que los problemas comerciales entre México y Estados Unidos se resuelvan de forma definitiva. Si bien la postergación de los aranceles brinda un respiro, el gobierno mexicano sabe que las negociaciones continuas serán cruciales para lograr un acuerdo comercial más equilibrado y favorable a largo plazo. Además, el TMEC, el tratado que regula las relaciones comerciales de América del Norte, tiene que ser renovado en 2026, lo que presenta otro frente de negociación en el que los intereses de ambos países se verán reflejados.
Aunque existen tensiones, la actitud de Sheinbaum, que pretende mantener una comunicación respetuosa y constructiva con Estados Unidos, podría ser esencial para mejorar las relaciones y prevenir un conflicto comercial más grave. Con la inminente revisión de los aranceles y el debate sobre otros temas estratégicos, como la colaboración en seguridad y comercio, México tiene la oportunidad de replantear su relación con Estados Unidos mientras defiende sus intereses nacionales.
En resumen, el acuerdo alcanzado entre Sheinbaum y Trump otorga a México un periodo crucial para negociar mejores condiciones comerciales, pero también lo coloca ante el reto de equilibrar las demandas de Estados Unidos con sus propios intereses económicos y políticos. La continuación de las conversaciones será esencial para determinar cómo ambos países avanzarán en su relación comercial y geopolítica en el futuro cercano.
