Decididamente, nada es sencillo en esta Asamblea Nacional. Fue después de tres horas de confusión, provocada por un incidente técnico durante la votación electrónica en el hemiciclo, que los diputados aprobaron -con 286 a favor y 238 votos en contra-, el martes 10 de enero, el proyecto de ley para la aceleración de las energías renovables ( ENR).
Temiendo un examen detenido, el ejecutivo pudo contar con los votos de los diputados del Partido Socialista (PS) y los representantes electos del grupo Libertades, Independientes, Territorios y Territorios de Ultramar (LIOT) para aprobar este proyecto de ley en primera lectura en el Palais-Bourbon, que vio «para ponernos al día con nuestro retraso en las energías renovables»subrayó la ministra para la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, tras la votación.
Esto acogió con beneplácito el trabajo de “co-construcción sin precedentes” con los diputados. “Podemos estar colectivamente orgullosos de este ejercicio de democracia parlamentaria. Este texto es tu texto », mencionó a los pocos funcionarios electos que aún estaban presentes. Tomada por una tos repentina, sin embargo, no logró terminar su discurso. “Habremos tenido idas y venidas hasta el final”, concluyó, ante la risa de la audiencia.
A primera hora de la tarde, fue en un hemiciclo enlazado que los diputados se disponían a votar el primer proyecto de ley de esta legislatura relativo al tema climático. Pero una falla en el sistema de votación electrónica produjo un incidente casi sin precedentes en la Asamblea Nacional. Imposible, para los servicios del Palais-Bourbon, contar todos los votantes, visiblemente más numerosos que la puntuación mostrada.
Pelea de pajas
Luego de tres intentos fallidos, la Presidenta (Renacimiento) de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, terminó anunciando desde la percha que «la Asamblea ha adoptado» este proyecto de ley con 260 votos a favor y 213 en contra. Pero los diputados impugnan la boleta e indican que no pudieron participar en la votación. Una situación que empuja al diputado (Agrupación Nacional) de Haute-Saône, Emeric Salmon, a exigir el voto en papel. Esta última victoria.
Siguieron tres horas de conmoción en los pasillos del Palais-Bourbon, donde los administradores imprimieron urgentemente 577 papeletas individuales para poder proceder a la votación. En la sala Casimir-Perier contigua al hemiciclo, una multitud de diputados se congregó en el más total desorden, en busca de la papeleta a su nombre. Algunos, atónitos, se muestran molestos por esta disfunción y forman parte de su preocupación por la sinceridad de este control. Pero a las 21.30 horas, con cierto alivio, Yaël Braun-Pivet anuncia los resultados de la votación en el hemiciclo: «¡Lo hicimos! »
Te queda el 54,57% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.
