Jennifer Aniston a los 56 años: Vanity Fair muestra su elegancia y confianza

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Jennifer Aniston, una celebridad de renombre internacional gracias a su personaje en Friends, vuelve a ser el centro de atención en la portada de Vanity Fair a los 56 años, reafirmando su aura de sofisticación y confianza en sí misma. La serie de fotos, llevada a cabo por Norman Jean Roy, integra vestimentas de alta moda con entornos meticulosamente elegidos que representan tanto la carrera de la actriz como su perspectiva contemporánea sobre la vida.

En esta edición, Aniston posa con atuendos de Valentino, Balenciaga, Gucci y Saint Laurent, demostrando que su estilo continúa siendo referente en la moda contemporánea. La producción destaca no solo por el diseño de los conjuntos, sino por la forma en que la actriz incorpora su personalidad y presencia escénica, proyectando confianza y naturalidad en cada imagen. La sesión también marca el regreso de Aniston a la tapa de la revista veinte años después de su última aparición en 2005, un hito que ha capturado la atención de seguidores y medios alrededor del mundo.

Moda de alta calidad y diversidad en cada foto

El editorial une una estética refinada con diversos escenarios, destacando tanto la adaptabilidad de la actriz como la riqueza de las prendas elegidas. En el inicio de la sesión, Aniston se presenta de espaldas llevando un vestido nude largo de Valentino, obra de Alessandro Michele. Esta pieza, hecha de satén y con cola, presenta aberturas y aplicaciones de tela ligera que simbolizan la etapa «zen» que Aniston describe en su vida actual.

Otro de los looks destacados incluye un conjunto púrpura de Gucci, compuesto por saco, corpiño y falda con encaje en el ruedo, combinado con stilettos negros de Giuseppe Zanotti y un anillo XL de Bulgari. En esta escena, un modelo masculino sin camiseta añade dramatismo al ambiente, mientras que el contraste entre los elementos de lujo y la composición artística enfatiza la narrativa visual del reportaje.

La sesión fotográfica continúa con un conjunto de Saint Laurent diseñado por Anthony Vaccarello. La actriz se presenta arrodillada sobre el césped dentro de un invernadero. El top de encaje en verde musgo junto a la falda lápiz a juego, acompañados por stilettos nude de charol de Manolo Blahnik, logran un balance entre la feminidad y la elegancia tradicional, complementado con un maquillaje natural y un peinado con volumen. Finalmente, en un entorno rural, Aniston lleva un vestido blanco de Balenciaga con falda abierta que revela un body con corpiño push up, fusionando el glamour de la moda con la rusticidad del paisaje al sostener un rastrillo.

Pensamientos sobre trayectoria profesional y estilo individual

Más allá del enfoque estético, la entrevista incluida en Vanity Fair ofrece una mirada a la vida personal y profesional de Aniston. La actriz recordó el intenso escrutinio mediático que vivió tras su divorcio en 2005, y cómo aquello impactó en su manera de enfrentar la fama. También valoró la influencia de la moda de los años noventa, época marcada por su icónico personaje Rachel Green, y expresó su gusto por la ropa vintage de esa década, adaptada a su estilo actual.

En relación a su situación actual, Jennifer Aniston manifiesta que se encuentra en un periodo de total confianza en sí misma, sobre todo en su ámbito laboral. La actriz declara sentirse confiada al respaldar sus elecciones y fijar límites, lo cual es un indicador de su desarrollo personal y de la madurez que ha logrado después de años de experiencia en el mundo del espectáculo.

Jennifer Aniston como referente de elegancia y seguridad

La nueva portada de Vanity Fair confirma que Jennifer Aniston sigue siendo un referente tanto en el mundo del entretenimiento como en la moda de lujo. Su capacidad para combinar prendas icónicas con su personalidad proyecta un mensaje de confianza, sofisticación y relevancia que trasciende generaciones, demostrando que la elegancia no depende de la edad sino de la actitud y el estilo personal.

Por Susan Brown